El ramal ferroviario Guadix Baza Almanzora (en la línea Murcia – Granada) fue injustamente cerrado el 31 de diciembre de 1984, convirtiendo a esta zona del sureste peninsular, que incluye 12 comarcas, tres provincias y dos Comunidades Autónomas, en el mayor “agujero negro” de infraestructuras ferroviarias del Estado, y por tanto una de las zonas de la España vaciada más devastadas por la inatención de sus gobernantes y representantes públicos.
En este sentido, este cierre ha demostrado tener un enorme impacto negativo: ante todo en términos de despoblación, pues ha habido una pérdida del 25% de la población de media en estos últimos 35 años sin tren. Este hecho también se ha visto agravado por la situación de paro, desertización, falta de servicios e inversiones públicas, y aislamiento.
Partiendo de lo dicho, la reapertura de esta línea del ramal ferroviario es una medida urgente, viable, y rentable a medio plazo. Urgente porque más de medio millar de instituciones (Diputaciones, Mancomunidades, Ayuntamientos) y colectivos de toda España han dado su apoyo explícito a esta medida. Viable según el informe de Viabilidad de INECO de 2017, el informe de la Universidad de Granada y otros informes socioecónómicos. Y rentable a medio plazo, como han afirmado FERRMED y asociaciones impulsoras del Corredor Ferroviario Mediterráneo.
Dado que los Presupuestos Generales del Estado para 2018 (PGE2018) recogían una partida económica de algo más de 500.000 € para el preceptivo Estudio Informativo de reapertura, pero que el Gobierno aún no ha iniciado su ejecución, solicitándolo y adjudicándolo, formulamos las siguientes preguntas: